viernes, 26 de septiembre de 2008

Medidas a tomar

La central nuclear de Ascó (Tarragona) detuvo su actividad tras detectarse una fuga de aceite en una de las válvulas. La avería no ha supuesto ningún riesgo para la población y el medio ambiente. Es la tercera vez que esto sucede en un mes. La falta de vigilancia y de reformas en el recinto se ha convertido en un problema importante, urgente y de primera necesidad.

Este rosario de despropósitos empezó en noviembre de 2007, cuando se produjo un escape de partículas radioactivas procedentes de la ventilación de la planta atómica. A consecuencia de esto, unas 1600 personas han tenido que ser sometidas a pruebas para comprobar que nadie tiene afectación alguna por la radioactividad. Entre los sujetos, se encuentran decenas de alumnos del Colegio Maristas de Gerona. Así, la Junta de Administradores de la Asociación Nuclear de Ascó-Vandellós destituyó al director, Rafael Gasca, y al jefe de protección de la planta, Francesc González. Probablemente, estos sucesos supongan una sanción económica, que oscilará entre los 10 y los 20 millones de euros. A esto se debe añadir un factor que agrava la situación y es el hecho de que se haya ocultado información de una de las emanaciones producidas anteriormente. Por ello, el Defensor del Pueblo en Cataluña, Rafael Ribó, ha abierto una actuación de oficio contra dicho lugar.

Este caso ha reabierto el tema de las centrales nucleares en España. Teniendo en cuenta estos sucesos, la imagen de la planta de Ascó ha quedado gravemente dañada. La puntilla ha sido que una organización como Greenpeace tenga que encargarse de denunciar una fuga. Con lo sencillo que es reconocer un fallo e informarlo a los medios, la empresa parece que se ha declinado por amagar casos altamente radioactivos. Ahora queda por saber quién es el responsable principal: La propia planta, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) o el departamento de Medio Ambiente. Lo cierto es que se debe reforzar la seguridad de ésta y de todos los centros nucleares que se encuentran en nuestro país o realizar las pertinentes reformas para que esto no vuelva a suceder. Y no puede haber contradicciones a la hora de calificar la magnitud de un incidente, como ha acaecido entre los responsables de Ascó y el CSN. La actuación de Ribó tiene mérito, no por ser el Defensor del Pueblo, sino que se debe valorar el acto de ciudadanía que ha tenido con los catalanes y también con la naturaleza.

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