Un bebé salva a otro

Un bebé nace en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla para salvar a su hermano de una grave enfermedad. El cordón umbilical de Javier, que nació el domingo pasado, servirá para superar una anemia congénita severa. En 2006 se aprobó la Ley de Reproducción Humana Asistida como un derecho incluido en la cartera de servicios de la sanidad pública. Se trata de la primera vez que un procedimiento de estas características se realiza en España.

Se debe potenciar este tipo de investigaciones, ya que el beneficio que se pueden obtener de ellas es importante. Estas indagaciones científicas tienen que realizarse con cierta cautela, porque la ética y estos avances médicos deben ir de la mano en un tema tan complejo como éste. El derecho fundamental a la vida es una de las consideraciones morales que se tienen que tener en cuenta. El niño que nace, tiene que hacerlo con el consentimiento de los padres y la aprobación de los médicos.

Si este tipo de investigaciones científicas sirven para salvar vidas sin poner en peligro las de otros, adelante, la mayoría de la sociedad lo aceptará sin ningún problema. Además, se resolverán enfermedades que hasta el momento eran incurables. En el caso de Javier y a partir de ahora, los óvulos y los espermas se deben encontrar en un buen estado. De esta forma, aquellos padres que tengan problemas como los del hermano de Javi, recibirán la misma curación.

Este tipo de patologías y otras menos conocidas como el síndrome de Marfan tienen curación gracias a la ciencia aplicada a la salud de los pacientes. Un hecho evidente es que estas enfermedades, para ser tratadas a tiempo, necesitan de un diagnóstico precoz por parte de los médicos. La ética y la medicina deben ir juntas y acordar ciertas normas para que no se vulnere la vida del ser humano que vaya a venir a nuestro mundo.

La investigación, si se realiza con el beneplácito de todas las partes implicadas, es fundamental para asuntos como éste. Un aspecto desfavorable es la clonación de las personas. La clonación rebasa los límites de la ética y de la moral de todo ser vivo, ya sea un humano, un animal o una planta. Y lo más importante es que toda indagación de carácter científico tiene que realizarse de acuerdo con las leyes vigentes y con el máximo respeto posible a todas las autoridades que conforman a todos los ciudadanos de la sociedad española.