martes, 3 de mayo de 2011

Cautela, cautela y más cautela



Un hecho inesperado. Como cuando salta la liebre del matorral donde se encontraba. El anuncio de la desaparición de Bin Laden trae y traerá consecuencias. Inmediatas, algunas. Otros, esperarán al momento idóneo para pronunciarse sobre el asunto.



El mundo árabe ha reaccionado ante el fallecimiento del número uno de Al - Qaeda con un silencio generalizado. Nadie levanta la voz hasta que no tengan, en su poder, pruebas definitivas de la desaparición del terrorista. En países como Egipto o Túnez andan más preocupados por su regeneración política que por la muerte de Osama Bin Laden. Aunque lo cierto es que este hecho puede ser positivo para la llegada de la democracia. Podría debilitarse el radicalismo. No obstante, algunos expertos afirman que las células de la organización en las naciones norteafricanas aparecerán para agudizar la incertidumbre, grande ya de por sí. De este modo, la precaución toma fuerza.

Por otro lado, los seguidores al "mártir" caminan las calles en señal de protesta. Como en Pakistán, que esta mañana ha recibido a un grupo de sus conciudadanos clamando al cielo y volviendo a demandar una "Guerra santa". En este sentido, existen teóricos que aseguran que el fundamentalismo islámico rebrotará y atentará contra Occidente.

Lo cierto, es que estos guerreros musulmanes son minoría. Sin embargo, ahora tienen un motivo para adorar y acoger el fundamentalismo: Osama Bin Laden. Otro grupo minoritario como éste en el mundo árabe es el de los cristianos. Su situación parece que empeorará y sus vidas corren peligro. En algunas naciones, han tomado medidas de protección a tiempo para evitar problemas mayores.

Volviendo a territorio pakistaní, ha quedado en evidencia la doble vertiente que mantenía: por una parte, recibía unos 7.500 millones de dólares de Estados Unidos para pelear contra los talibanes. Por otra parte, y como hemos comprobado, en su tierra estuvo viviendo la persona más perseguida del mundo, el número uno de los malos. La situación en la que queda Pakistán es delicada, aunque desde Washington han quitado hierro y Estados Unidos subraya que Pakistán apoyó la operación.

El que sale reforzado es Afganistán. Hace tiempo, el gobierno de este país dijo que Bin Laden se hallaba en Pakistán. Y la teoría se confirmó en la práctica. A partir de ahora, los afganos y en general el mundo árabe, caminan con mucha cautela y pies de plomo ante lo que les puede deparar el futuro más próximo.

No hay comentarios: